La rana sorda
27 febrero, 2013Beber sin tener sed
13 marzo, 2013Somos animales sociales. Nos encanta pertenecer a grupos y sentirnos apoyados y protegidos por personas afines, ya sea debido a circunstancias dadas, sobrevenidas o incluso forzadas. Y en muchas ocasiones, nuestra manera de pensar y comportarnos depende del círculo en el que nos encontremos.
Si leíste el post de “El efecto boomerang“, hoy quiero ir un poco más allá. Si somos animales sociales, si nuestro comportamiento depende en mayor o menor medida de los grupos a los que pertenecemos o simplemente observamos, entonces está claro que estamos influenciados por ellos en nuestra vida diaria. Y no hablemos de la manipulación publicitaria o informativa, por ejemplo. Aunque no nos demos cuenta. Bien.
Y al contrario, resulta claro también que con nuestros actos podemos influir en los demás, que de alguna forma conseguimos con ellos modificar pensamientos y comportamientos en nuestro entorno. Así, un pequeño gesto, insignificante, puede derivar en algo realmente bueno (o malo) para alguien que tal vez ni de lejos conozcamos. O sí.
Y ahora mi vueltecita de tuerca: no sólo creo que se produce un efecto rebote de nuestros actos, que lo que damos es lo que recibimos. Sino que además existe un añadido efecto multiplicador cuyo desenlace puede que no sepamos cuándo ni dónde acaba. Todos sabemos de multitud de ejemplos donde la iniciativa de una sola persona ha conseguido mover a pueblos enteros e incluso cambiar el mundo para siempre.
He encontrado un vídeo en la red que muestra un poco a lo que me refiero:
Así, y ya que la vida es corta, pues considero una buena idea tratar de vigilar qué decimos y hacemos. Esto es, que si nos mueven el odio, la envidia, la ira, la tristeza…pues nuestras acciones no sólo nos causarán daño a nosotros mismos antes o después, ya que nos rebotarán, sino que las consecuencias de dichas acciones también lo harán sobre alguien más que tal vez también la refleje, y así hasta quién sabe cuándo. Por el contrario, si nos dominan el amor, las ganas de compartir y colaborar, el respeto, la gratitud…pues ocurrirá justo exactamente lo contrario. Creo que es cuestión de energía, y somos meros transmisores tanto de la propia como de la ajena. De alguna manera, somos como espejos.
Al fin y al cabo, “sólo” se trata de ser feliz. De elegir cómo, cuándo, a quién y de qué manera mostrar la luz de nuestro espejo.
En vivir antes de morir.
¿Y qué importa si hay vida luego? ¡VIVE AHORA!
Abrazos, Rafa Ferrer.
Seguro que me he dejado algo en el tintero. ¿Qué crees que falta?¿Estás de acuerdo con lo expuesto? ¡Deja un comentario o jamás lo sabremos!
Si quieres estar puntualmente informado sobre las novedades de la web es importante que te suscribas a la newsletter. Recibirás directamente en tu correo electrónico los enlaces a los nuevos artículos, noticias y recomendaciones que sean publicados.
¿Sabías que alrededor de 5 millones de euros es lo que pasa por las manos de cualquier ciudadano medio a lo largo de su vida? En tu caso, ¿tienes constancia de adónde están yendo? ¿Te encuentras en el camino de lograr la LIBERTAD FINANCIERA?
La relación que cada persona tiene con el DINERO no es más que el reflejo de muchos otros aspectos. ¿Quieres saber dónde se encuentran las principales claves para mejorar tu situación económica? ¡Adelante!
*Antes de suscribirte comprueba aquí por favor que estás de acuerdo con la Política de Protección de Datos.
4 Comments
Muchas gracias por invitarnos a pensar sobre el verdadero alcance y potencial de nuestras acciones. Es tan ¿simple? como dejarnos de prejuicios, creer en nosotros mismos y, sobre todo, en la grandeza de todo pequeño acto. Gran post. Enhorabuena.
Muchas gracias por sus palabras, señor don Gato.
Efectivamente, las creencias y los prejuicios nos lastran a veces tanto que no disfrutamos de lo verdaderamente importante en esta vida. Y no consideramos el poder real de nuestras acciones y su repercusión sobre los demás: tal vez cada uno de nosotros sólo sea una gota en el océano, pero sin ella…el océano no sería el mismo!
Un afectuoso saludo, Rafa Ferrer.
Sigue escribiendo, solo por el efecto multiplicador ya tiene sentido.
Mil besos.
Eso haré, ¡porque cada día se presentan decenas de ocasiones para poner en práctica el efecto multiplicador!
Gracias seguirme y animarme a continuar. El camino me está resultando precioso…
Múltiples besos, Rafa.